A las 3:00 A.M {Chris Colfer +18}

Aquella semana había sido muy rara, y sí, muy triste también. Darren estaba muy raro y eso preocupaba a Colfer sobremanera. No era normal que el starkid estuviera tan extraño, nervioso, evasivo. El hecho de no poder grabar bien aquella vez y retirarse pretextando sentirse mal hizo que Chris se preocupara.

Pero no lograba hacerle hablar al respecto. Parecía que Darren estaba dispuesto a huir de él a toda costa. Cuando empezó a creer que quizá se hallaba incomodo con él, que tal vez era por aquella confusión que quizá ya habia logrado aclarar, Darren le envió el primer texto, haciéndole sentir que no todo estaba perdido y que su amistad seguía intacta.

Pero entonces... ¿Qué le estaba pasando? Pero no había modo de saberlo, simplemente Darren no le contaba nada en los textos.

Y para colmo de todo, su loft estaba siendo reparado de algo que según el contratista, tenía que ver con los cimientos o algo así que no le entedió. Por ende, debía hospedarse por un tiempo fuera o si no corría el riesgo de que el techo o alguna pared le cayerá encima... bueno, quizá era una visión alarmista, pero seguro era lo que Darren diría.

Y ahí estaba otra vez, Criss en sus pensamientos.

Llegó esa noche a su habitación y después de pasar horas frente a la laptop, decidió irse a dormir. Apenas se había acostado hacía dos horas cuando su celular sonó. Al ver el mensaje, abrió los ojos con sorpresa.

Se levantó, aun en pijama, fue a la puerta y la abrió, encontrándose con su amigo quien presentaba una expresión rara, nerviosa. Chris, luchando por mantener los ojos abiertos, le miró fijamente.

-¿Darren? ¿Qué pasa, estás bien, qué ocurre?- Inquirió preocupado.-Pasa, no te quedes ahí.- Le dijo, haciéndose a un lado para dejarle entrar a la habitacion.

La preocupación no abandonaba a Colfer, y más al ver la expresión en el rostro de su amigo. Este trató de tranquilizarlo, de expresarse como siempre solía hacerlo, pero no lograba su objetivo y menos si decía eso de "conversar" de algo que no podía esperar hasta mañana.

Darren entró y Chris cerró la puerta detrás de él. Le miró sentarse en la cama y Colfer se quedó de pie, esperando a escucharle. Se veía que la estaba pasando muy mal y eso hizo que se le estrujara el corazón. Él deseaba que Darren nunca tuviera que sufrir nada, que siempre fuera el chico dulce, alegre e infantil al que pareciera no afectarle nada, pero ahí estaba, aparentemente sufriendo por algo que él no entendía que era y por consiguiente, no podía evitarle.

Por fin, cuando el Starkid logra poner sus ideas en orden, abre la boca. Chris esperaba escuchar lo que le incomodaba, pero lo que oye en su lugar es una muy sentida disculpa por su comportamiento. Chris, sonriendo levemente, negó con la cabeza.- No tienes que disculparte, yo entiendo.- Miró que le pidió acercarse y no se hizo del rogar. Mientras más cerca de él mejor, si necesitaba un abrazo para consolarse, Chris se lo daría sin chistar.

Darren siguió disculpándose. Chris comprendió que todo eso lo decía por su conducta para con él durante esa semana. Sus ojos se cruzaron, pero eso no duró mucho, pues el Starkid volvió a mirar sus manos mientras jugueteaba con ellas. Colfer quiso hablar, pero Darren volvió a tomar la palabra, por lo que prefirió callarse y seguir escuchando con atención.

Las siguientes palabras que escuchó le hicieron sonreír levemente de nuevo, sonrisa que se tornó algo amarga al escuchar lo último. Que se estaba tornando en algo muy especial y eso era un problema. Suspiró muy suave, pero siguió escuchando. Su siguiente confesión lo dejó sorprendido. ¿En verdad el gran Darren Criss había pasado la semana viendo tipos en internet para tratar de averiguar si le gustaban? Se habría reído si el que le hubiera dicho semejante cosa fuera otra persona y no su mejor amigo, y menos con aquella expresión tan angustiante. Estuvo tentado a tomarle de las manos para brindarle su apoyo, pero quizá aquel gesto le haría sentir más confundido, por lo que se abstuvo y siguió atento al resto de lo que tenía que decir.

Entonces dijo todo aquello, y Chris se quedó pasmado. ¿Era verdad lo que oía? ¿No era producto de sus ansias locas y su imaginación enamorada que le estuvieran jugando una broma pesada a esas horas de la madrugada? Quiso pellizcarse para saber si era verdad, pero se abstuvo y siguió oyendo lo que Darren decía, lo que Sam le había dicho y a pesar de todo seguía sintiéndose preocupado, pues Darren se veía muy frustrado. Quizá era porque en el fondo no le gustaba sentirse atraído hacia él, no le agradaba que le gustar su esencia y todo eso que dijo y quizá el simple hecho de pensarlo, sentirlo y confesarlo lo hacía sentir miserable. La verdad, Colfer ya no sabía que pensar.

Pero esto último que dijo le dejó las cosas más claras. No, no era que le repugnara la idea de gustar de él, al contrario, lo que le mataba a Darren en ese momento era pensar que sus sentimientos pudieran destruir aquel lazo que tenían y que deseaban proteger a toda costa. Cuando Darren acabó de hablar no le miró a la cara. Chris por su parte, tenía una enorme sonrisa que se fue dibujando en su rostro conforme esuchaba la confesión final de su amigo. Al hacerse le silencio entre los dos, buscó la forma más viable de aclararlo todo.

-Darren... Antes que nada, quiero que me disculpes.- Murmuró.- Por que... Oh, God! Tú siempre has sido tan sincero conmigo, incluso ahora que te ha sido tan difícil.- Suspiró.- Y yo siempre he sido un cobarde, preferí quedarme callado en lugar de hacer lo que tú, decidirme a hablar.-Miró a Darren.- Pero es que estaba como lo estás tú ahora, temía que si abría la boca pudiera... tú sabes, hacerte sentir incómodo y echar a perder todo, y yo no estaba dispuesto a perderte Darren, en verdad, por eso no lo dije y yo...- Se llevó las manos a la cabeza. Estaba hablando atropelladamente. Necesitaba poner sus ideas en orden si no lo confundiría más. Respiró profundo, le miró de nuevo y siguió.- Darren, te pido disculpas porque, esa "tontera" de la que hablas, la cometí yo primero.- Tragó en seco y siguió, bajando la mirada mientras las mejillas se le sonrojaban.- Desde hace mucho...-Murmuró con un hilo de voz.- comencé a sentir, tú sabes, que te miraba de manera diferente. Tu voz, tu sonrisa, tu alegría... todo eso se fue volviendo muy valioso para mí, Darren. Pero el saber que te gustan las chicas y que estabas saliendo con una... No, no podía decirte lo que sentía, si lo hacía corría el riesgo de hacerte sentir incómodo y que eso te alejara de mí y yo no quería eso, era mejor no decir nada que perderte. Y cuando propusiste el pacto... ¡Dios! ¿Cómo podía decirte que no?- Agregó, mirándolo fijamente. Sus ojos se hallaban cristalizados por las lágrimas que siempre había debido contener.- ¿Cómo podía negarme a estar contigo aunque fuera solo de ese modo?- Se llevó la mano a la boca. Quizá estaba diciendo demasiado, ¿le haría sentir mal con todo aquello? ¿Acaso sus palabras le harían sentir comprometido? Suspiró de nuevo.- Lo que en realidad quería decir es que... También siento algo más profundo por ti y espero que tampoco te sientas incómodo por ello.- Concluyó, sonrojado.

Los nervios aun seguían en control de Colfer, pero estos comenzaron a estabilizarse cuando Darren le tomó del rostro, encarándolo. Los ojos hazel proyectaban felicidad y cierta culpa, ¿por qué sentía culpa? Chris no lo entendía. Pero las palabras de su amigo le hicieron comprender.-No tienes que disculparte... tú no tienes la culpa, yo, quizá debí...-Murmuró, pero mejor guardó silencio, ya no tenía caso darle vueltas a ese asunto en particular.

De repente, el semblante de Darren cambió, tornándose de nuevo en el alegre y despistado Criss que tanto amaba. Colfer sonrió aliviado al verlo tal y como siempre, verlo tan atribulado era algo que le dolía en verdad. Sus palabras le hicieron sonreír. Posó su mano sobre una de las que sostenían su rostro.

-¿Estás seguro? No quiero que te sientas obligado a... bueno, solo digo que. God! Qué difícil es esto.- Murmuró, con una risita nerviosa.- A lo que me refiero es que no quiero que te sientas obligado a nada. Me hace feliz el hecho de saber que me correspondes, por lo tanto no pido más, solo saber que puedo decirte abiertamente lo que siento, saber que tú...- Cerró los ojos y reposó su rostro en las manos de Darren, sintiéndose a salvo y feliz.- No tienes que hacer nada en especial, saber que sientes eso por mí es más que suficiente.- Y era verdad, pues Colfer no quería presionarlo, después de todo él ya estaba acostumbrado a lo que era ser gay y vivir ante un mundo tan hostil como este, pero otra cosa era Darren que podría ser bombardeado con una serie de palabras o situaciones que podrían ser duras de tolerar y más para alguien tan sensible. Recordó aquel verso de Wilde "Soy el amor que no puede decir su nombre" y se ajustaba a ese momento. No le importaba llevar todo en el anonimato pues lo importante era saber que el corazón de Darren Criss albergaba por él un sentimiento más fuerte del que creía.-Ya me haces feliz, Darren, no puedo pedir más.- Añadió para dejarselo claro.

Chris miró a Darren cuando este comenzó a hablar, recapitulando todo lo ocurrido. Sus ojos brillaban de emoción y su rostro presentaba aquella enorme sonrisa que a Colfer le llenaba de ternura,pues era una sonrisa enorme, sincera, igual a la de un niño al que le dan la oportunidad de iniciar una nueva aventura, pero llena de un sentimiento nuevo y que era mutuo. La sonrisa de Chris se hizo aun más grande al escuchar el recuento, asintió.- Sí, nos correspondemos, nos queremos y deseo que empezemos algo más serio.- Corroboró con seguridad. Escuchó el resto y asintió con convicción.-Sí, es mejor así. No quiero que la gente nos esté bombardeando con preguntas sobre lo nuestro y que comiencen a especular cosas, o qué sé yo... solo sé que cuando la prensa se mete en asuntos tan íntimos como estos solo causan problemas.- Replicó sin dejar de mirarlo. Pues había sabido de muchas parejas que ante la presión de los medios terminaban por separarse y él no deseaba eso, quería proteger aquella naciente relación con todas sus fuerzas. Era como si tuviera el retoño de una rosa entre sus manos, por lo que debía protegerla de cualquier inclemencia que amenazara con deshojarla.

Sintió a Darren acercarse y entrar en contacto con sus labios. Chris le recibió dichoso, conectándose con su boca en un beso lánguido y suave, tierno, dulce y a la vez apasionado. Colfer por fin se sintió libre de expresar en aquella caricia todo el amor que sentía hacia Darren y que siempre procuró no expresar en su totalidad por temor a ser descubierto. Pasó su mano por detrás de la cabeza del Starkid, internando sus dedos entre los rizos, profundizando un poco más aquel beso, dejando ir en él todo aquello que antes no podía expresar.

Se separaron unos centímetros. Se quedó ahí, mirándolo, perdido en la profundidad de sus ojos hazel.

Definitivamente aquel beso era el mejor de todos los que había recibido de Darren. No es que se quejara de los anteriores, como lo había dicho cada vez que le preguntaban eso en una entrevista, Darren Criss era un gran besador, y eso le había quedado muy claro en aquellas 30 tomas y en los besos sin compromiso producto del pacto. Pero este, este en especial era cosa de otro mundo.

Pues Darren había correspondido a aquellos sentimientos que le había transmitido, dejando también que su alegría y encanto se transmitieran en él. Chris se hallaba feliz, tenía una gran sonrisa en el rostro que le costaba mucho contener. Soltó una risita al oírle decir aquello, mientras disfrutaba de la suave caricia de sus pulgares. Al oírle decir "Mi novio" Sus mejillas se sonrojaron como si fuera un colegial y asintió suavemente con la cabeza, aceptando aquel título totalmente feliz. Le esuchcó reír y rió con él, sí, sonaba gracioso, pero a la vez le ilusionaba.-A mí también me gusta.- Replicó con suavidad, tomándole la mano con la suya.

Volvieron a unir sus labios en un beso más profundo y apasionado, mientras Chris le rodeaba del cuello con sus brazos. Sus lenguas se encontraron y se entrelazaron de manera juguetona. Chris acariciaba la lengua de Darren con la suya, disfutando de aquel beso sin restricciones, sincero y entregado.

Nuevamente debieron separarse por oxígeno. Chris miró de nuevo a Darren. En el espejo detrás del Starkid, alcanzó a ver la hora en el reloj despertador.- Dios... Es tan tarde. Estás loco, ¿Lo sabías? Mira que andar en la calle a estas horas de la madrugada.- Le riñó, dulcemente.- Quizá sea mejor que te quedes aquí, no me sentiría tranquilo si salieras otra vez siendo tan tarde.-

Chris miraba a su novio con dulzura. Era curioso, pero casi parecía él una especie de padre o hermano mayor con Darren, pues por su personalidad madura a veces tendía a reñir con dulzura al Starkid cuando hacía cosas que lo ponían en riesgo, como andar en las peligrosas calles de Los Angeles a tan altas horas de la madrugada. Y es que Criss era tan dulce, distraído e infantil, que parecía correr los riesgos sin miramientos, como un niño pequeño que mira al mundo con inocencia sin desconfiar de nada ni nadie.

La confesión de que no pensaba irse, le hizo sonreír de nuevo. Lo vio gatear para acomodarse a lo largo de la cama y apenas pudo contener la risa, pues eso reafirmaba su teoría de que Darren criss era un niño confiado y juguetón en el cuerpo de un sensual chico de 24. Le miró hacer aquella seña ansiosa y sus palabras le hicieron reír.- Mas bien, yo debo cuidarte a ti.- replicó, acomodándose a su lado.-A los niños hay que cuidarlos y vigilarlos bien para que no se metan en problemas.- Añadiò, mirándolo con ternura al estar ya a su lado, con el rostro cerca del suyo. Le acomodó un rizo que se había cruzado sobre su frente y le depositó un dulce y fugaz beso en los labios.

-Aunque claro... si puedo observarte otro rato màs, no me importa desvelarme, en lo absoluto.- Argumentó sin dejar de contemplarlo. Y es que deseaba mirarlo más tiempo para por fin cerciorarse de que eso era real, que Darren estaba ahí ya no solo como su amigo con ventajas, sino como su novio, su pareja. Que habia podido confesarle todo lo que sentía y no había huido como él temía, sino que al contrario, el sentimiento era mutuo y por eso permanecía ahí, a su lado, abrazándolo y permitiendo que le contemplara con aquella adoración.

Esbozó una sonrisa de lado al escuchar aquel reproche que solo lo hacía ver más infantil, tierno y adorable. Después de aquel beso fugaz, Darren se acomodó de forma que pudo abrazarlo, quedando los dos unidos, casi fusionados. Sonrió por lo que dijo, era obvio que él sentía lo mismo. Sintió su frente contra la suya y Colfer pudo deleitarse mejor con la hermosa vista de aquellos ojos hazel dulces y brillantes. El resto de sus palabras no hicieron más que ampliar la sonrisa de Colfer, que sus ojos brillaran de alegría y pasara su mano por la mejilla de Darren.

-Yo también quiero que esto funcione.- Le dijo en un susurro, pues estaban tan cerca el uno del otro que no había necesidad de levantar mucho la voz.- Yo también soy un novato, Darren... de hecho, tú tienes más experiencia que yo, tú has tenido novias, yo nunca he tenido un novio así que estamos en cierto modo caminando en terreno virgen. Pero solo sé que no tienes que hacer nada fuera de lo común.- Añadió, refiriéndose a eso de que no sabía tratar con chicos.-Sólo debes ser tú, Darren, y nada más, te quiero tal y como eres.- Le dio otro suave beso, más prolongado que el anterior. Saboreando sus labios, disfrutando de su suavidad y su textura, gozando de su aliento, su ternura y su presencia. Después se separó unos milimetros.

-De hecho... yo soy quien no sabe como actuar.- Siguió, algo nervioso.- No sé... ¿Qué se hace en una relación de pareja? ¿Qué hacías con tus novias anteriores?- Preguntó, haciendo un pequeño mohín, pidiendo una pista sobre como proceder para no decepcionarlo, pues bien que mal Darren ya debía tener una expectativa de lo que espera de la persona que esté a su lado.

La respuesta de Darren lo tranquilizó mucho. Era bueno saber que no tenía, o mejor dicho, no quería tener una expectativa sobre su relación, al contrario. Las sorpresas que vinieran quería recibirlas así, sin saber, conociéndose más en el camino sin dejar de disfrutar lo que tenían. Esucharle decir tan abiertamente que estaba enamorado de él lo puso extremadamente feliz, tanto que no podía ocultar ni contener la enorme sonrisa que se dibujó en su rostro.

Después hizo mención de algunas pautas, provocando que Chris arqueara las cejas con duda. Le vio ladear el rostro y acercarse de manera juguetona, provocando que Colfer riera ante aquellas acciones. Oír acerca de las no restricciones hizo que sus mejillas se tiñeran de rojo, y más cuando traviesamente, Darren había capturado coon sus dientes el lóbulo de su oreja, tironeando suavemente de él, dejándole sentir su aliento en la piel. Chris cerró los ojos y echó un poco la cabeza hacia atrás al recibir aquellas sensaciones. Emitió un leve gemido, señal de que aquello le agradaba mucho.

-Es verdad... no hay necesidad de restricciones.- Murmuró algo nervioso, pero acariciando su espalda con suavidad. Buscando sus labios de nuevo para obtener un beso más, solo uno más, se decía en su cabeza, al tiempo que su lengua ingresaba en la boca de su amado Darren, jugando de nuevo con aquella contraparte en un reencuentro efusivo, como si fuera mucho tiempo el que tenían de no reunirse.

Se separaron de nuevo un momento, mientras Chris le acariciaba el cabello, abrazándolo más fuerte.

Aquello subía de intensidad rápidamente, pero Chris no se quejaba, al contrario, se dejaba llevar por las manos hábiles de Darren que le hacían estremecer con sus caricias, se perdía en el beso tan profundo, en la sensación de su lengua danzando con la suya, en el amor que los inundaba a ambos.

La pierna de Darren se acomodó entre las suyas y él le dejó proceder, sintiendo un delicioso escalofrío al sentir aquel avance de intimidad. El aire fue necesario de nuevo y Darren, recuperando el aliento, se atrevió a formular aquella pregunta.

-Eh... bueno... experiencia... experiencia física, no.- Confesó apenado. Es verdad que no era tan cerrado como su alter ego televisivo, Kurt Hummel. Chris no se cubría los oídos y comenzaba a canturrear cada que se tocaba el tema. Él sí se había informado por cuenta propia e incluso había visto una o dos películas de esa especie, aunque no completas. Por ese lado, no era tan inocente y asustadizo como la diva televisiva que interpretaba. Pero de la información a la práctica había un gran paso, un paso que Chris no se atrevía aun a dar. Y es que en su búsqueda de información también leyó muchas biografías de personajes gay a través de la historia y un factor en común que encontró en todos ellos era que su búsqueda del amor, la compañía, la emoción y la experiencia los llevaba a iniciarse a muy temprana edad con gente que solo llegaban a ver una sola vez, o peor aun, con gente que a la larga deseaba perjudicarles y él no quería pasar por experiencias como esas. Si Oscar Wilde y Bosie se la pasaban de lo lindo con los chicos de Oxford, ¡Bien por ellos! Pero esa clase de experiencias tan alocadas no estaban hechas para él. Por muy cursi que le sonaba cada vez que lo meditaba, era mejor esperar al momento oportuno, con alguien a quien pudiera confiarle algo tan importante y no terminar en la cama de cuanto oportunista se le atravesara en el camino.-Obviamente no estoy tan cerrado como Kurt, pero debo admitir que nunca he estado con nadie.-Añadió con cierta vergüenza.

¿Acaso habría sido mejor experimentar aunque fuera una vez con alguien? ¿Qué pensaría Darren de eso? ¿Creería que era patético? No, Darren no pensaría eso de él, de eso estaba seguro, pero quizá sintiera que le representaba algún problema aquel estado de inexperiencia.

Sus dudas y temores se despejan al escuchar que le agradecía. El beso en su frente fue un extra a aquel acto de gratitud. Asintió emocionado ante lo de que se hallaban en el mismo nivel. Bueno, Darren sí tenía experiencia con chicas, pero no era lo mismo con un chico y sí, en ese aspecto se hallaban en las mismas condiciones.

-¿En verdad?- Murmuró, sonriendo con extrañeza y ternura al verlo desviar la mirada de esa forma, tan apenado, con la expresión de un niño que le declara a una niña que le gusta.- Pensé que te sentirías, no sé... cohibido, raro o algo así por el hecho de que soy completamente ignorante al respecto. Bueno, ignorante no, inexperto, sí, esa es la palabra.-Vuelve a murmurar, también apenado, pero sin dejar de mirarlo. Es que su expresión es tan dulce y encantadora, tan inocente y hermosa e incluso sexy y avasalladora. No puede creer la cantidad de emociones que pueden expresar esos ojos hazel y esas facciones de ensueño, y no puede creer la cantidad de emociones que le provocan a él, las sensaciones que le arranca a su corazón y la necesidad de abrazarlo que le provoca. Volvió a pasar su mano por el rostro de Darren, dándole después un dulce beso en la mejilla.

-¿Sería muy impertinente de mi parte preguntarte sobre tus experiencias pasadas?- Inquirió en voz baja. No es que fuera morboso, es que le gustaría darse una idea de que tipo de cosas le gustan a Darren, pues en ese lado sí tiene una ventaja o desventaja según se vea. Él ya ha experimentado caricias y besos de ciertas formas y si hay algo que le agrade más o le guste vivir en la intimidad, Chris quisiera saberlo para no decepcionarlo.

Chris escucha a Darren con atención, mirándole nerviosamente y mordiéndose ligeramente el labio, en un gesto ansioso que hacía tiempo no solía ejecutar, ni siquiera en sus presentaciones más concurridas en el primer tour, dónde era un total novato en eso de enfrentar a tal cantidad de público en vivo, sus nervios le habían hecho sentir de esa manera.

La respuesta de su novio le hace sentir más tranquilo conforme la va escuchando. Sonrié feliz, le agrada saber que a pesar de haber tenido encuentros en el pasado con otras personas, para Darren el estar con él sería algo único y nuevo. Saber que sólo él era quien le interesaba en ese momento era algo que siempre soñó escuchar y que nunca creyó que se realizaría.

Podía verlo con claridad, ahora lo comprendía bien. Darren era un ser magnifico, único, especial, el tipo de personas que ya casi no hay en el mundo y que sin embargo hacen mucha falta. Él no veía genero, no veía nada más que el alma. Darren quería estar con la persona que quería, con él, ¡Con él! Dichoso, Chris se aferró aun más a él y le besó de nuevo. La timidez le abandonó por completo ahora que sabía que su novio no esperaba nada de lo que hubiera experimentado antes. Ambos explorarían aquel terreno nuevo para los dos y eso era algo que deseaba con todo su corazón.

Deseaba devorarlo a besos, hacerlo feliz, entregarse a él, demostrándole de esa manera lo importante que era él en su vida. Intensificó el beso como si así pudiera fusionarse con él, llegar a lo más íntimo de su ser e integrarse para ser uno solo.

Se hallaba perdido en aquellas sensaciones, la forma en que Darren correspondía a su beso le hacía sentir fuego en su interior, era algo que nunca antes había experimentado y de lo cual definitivamente quería más.

Sin percatarse de como o cuando ocurrió, El cuerpo de Darren fue ladeándose hasta quedar cuidadosamente sobre Chris, quien seguía bebiendo de los labios del starkid aquel nectar que lo tenía embriagado. Darren es expresivo en su totalidad, puede con un solo gesto, indicar cual es su actual estado de ánimo y casi hasta lo que está pensando, por eso en aquel beso Chris puede sentir su disposición a entregarse tal y como él ha decidido hacerlo. Nada podía hacer más feliz a Colfer en ese momento. Ni siquiera ganar otro globo de oro podría compararse con eso.

Las manos de Criss recorrían a Colfer con libertad, arrancándole sensaciones que amenazaban con voverle loco. Pudo sentir como el pijama se levantaba un poco ante aquel contacto,pero no le importó en lo absoluto, pues aquello le había permitido disfrutar de una sensación nueva y la cual quería repetir. El aire se hizo aun más escaso, razón por la cual debieron separarse lo suficiente para respirar. Miró los ojos de Darren, aquellos hazel hechiceros que siempre lograban embobarlo. Ambos compartían una sonrisa de felicidad y satisfacción plenas.

Aunque aun podía ser mayor. Y es que eso pasaba cuand se hallaba junto al ser amado. Un beso es grandioso, pero nunca es suficiente, una caricia es maravillosa, pero porque conformarse con una si se pueden disfrutar de más. Chris rodeó a Darren con sus brazos y volvió a besarlo. Sus delicadas manos de pianista se aferraron a la espalda del Starkid, recorriéndola a su libre albedrío, reconociendo lo que ahora consideraba suyo y provocándole un estremecimiento total al saberlo suyo.

Sin poder evitarlo, sus labios bajaron por el mentón de Darren para descender a su cuello. El contra tenor comenzó a lamerlo suavemente, dando suaves besos, pequeños pellizquitos en aquella piel inmaculada y deliciosa, perdiéndose por completo en la delicia que representaba aquel manjar de piel morena.